sábado, 1 de septiembre de 2007

Edificio de oficinas

El edificio de oficinas es, probablemente, la tipología más importante del siglo XX. De la misma manera en que las fábricas fueron el símbolo de la industrialización a principios del siglo XIX, la oficina es el edificio dominante en las ciudades contemporáneas; y no sólo como emblema del poder económico de las corporaciones (catedral y palacio de la era globalizada) sino porque alberga a más de la mitad de la población económicamente activa.

Estos edificios se han convertido, en los últimos años, en el escenario de grandes transformaciones. Los cambios que se han registrado en los medios de producción (el desplazamiento desde la producción industrial masiva hacia el trabajo de utilización intensiva del conocimiento y los servicios), han impuesto el imperativo de operar con más flexibilidad y ha influido considerablemente en las formas de trabajar. El espacio de la oficina, por lo tanto, ha tenido que adaptarse a ello: se ha convertido en un territorio que puede cambiar de acuerdo con las distintas necesidades, con trabajadores que no tienen un horario fijo, ni áreas específicas, y que se reconfigura constantemente. Nuevos conceptos de oficinas inundan el mercado.

En un momento así, en el que todo está cambiando por los avances tecnológicos y las nuevas formas de trabajo, es cuando se hace más necesario aglutinar bajo un solo paraguas la gestión del entorno laboral. Un planteamiento rigurosamente profesional del rol del Facility Manager redundará en beneficios innegables para la empresa: desde la reducción de costos operativos y de servicios, y el incremento del valor de los activos y la adecuación y optimización del espacio, hasta la mejora de la gestión de la documentación y el diseño de soluciones a medida, dentro de la estrategia global de la empresa.

Fuente: Víctor Feingold. Editorial del número 21 de la revista Facility Magazine.

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