domingo, 29 de abril de 2007

De Pepsi a Apple (8/12)

De Pepsi a Apple

Dadas las grandes expectativas que se presentaban, se fabricaron ordenadores en exceso, ya que las ventas fueron menores a las previstas, con lo que los distribuidores estaban manejando considerables cantidades de producto sin vender. Si a esto le sumamos que cuando se tenía que lanzar el Macintosh Office, éste todavía no estaba listo, quedaba claro que la compañía estaba en apuros. Además, dándole excesiva importancia al Mac Office, se les pasó por alto que durante la época navideña el 70% de los ingresos habían sido producidos por el Apple II. Wozniak, indignado, denunció que se estaban apartando del gran producto que era el Apple II, dedicando todos los esfuerzos al Mac. Finalmente dimitió de la empresa, y no fue el único, ya que numerosos ejecutivos abandonaron su cargo.

El excedente era enorme, sobretodo debido al Apple II, ya que el IBM puso al PCjr un precio extremadamente bajo, y las ventas del Mac continuaban descendiendo incomprensiblemente. De todas formas, aún se tenía la esperanza del negocio con los franceses. Finalmente no fructificó, debido a una devastadora campaña para boicotear el proyecto por parte de la industria de los ordenadores en Francia, ya que pensaban que un acuerdo con una empresa norteamericana podía acarrear graves riesgos políticos.

Seguían apareciendo nuevos problemas, y con la crisis empezaron los enfrentamientos y las discusiones dentro de la empresa. Sculley no paraba de recibir quejas de Jobs, y con la tardía presentación del Macintosh Office, empezó a perder confianza en la habilidad de éste para dirigir la división Mac. Finalmente, decidió comentarle a Jobs su intención de destituirlo de su cargo. Jobs estaba indignado por la probable pérdida de su papel en la compañía, y también había perdido la confianza en Sculley, por lo que planeó expulsarlo de la empresa mientras éste hacía un viaje de negocios a China. Sculley al enterarse de esto canceló su viaje. Al día siguiente, en una reunión del consejo, tanto Sculley como Jobs, se reprocharon los errores cometidos, y cada uno quería que el otro dejase su puesto. Todos los reunidos coincidieron en dar su confianza a Sculley, pero éste, dolido por las palabras del que había sido su amigo, se planteó la idea de dimitir, ya que sentía que había fracasado. Finalmente, Sculley continuó como máximo dirigente de Apple, y el 31 de Mayo de 1985 firmó el documento por el que se destituía a Jobs como subdirector ejecutivo, aunque continuaba siendo el presidente de la compañía.

Fuente: "De Pepsi a Apple", John Sculley.

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