domingo, 4 de diciembre de 2011

Colaboración y trabajo en equipo

Hasta hace no tanto tiempo, el intercambio y la colaboración dentro de las empresas eran limitados. La organización del espacio de trabajo compartimentado y fuertemente jerárquico, ciertamente no favorecía la participación. Sin embargo, el rápido desarrollo de las TIC produjo, en poco tiempo, un cambio extraordinario que impulsó la globalización de la economía, reorientó las estrategias de negocios y transformó el entorno físico y la forma en la que trabajamos. Con este impulso, hoy en día las tendencias en los espacios de oficinas se orientan hacia la flexibilidad, la sectorización, y una adecuación del ámbito a usos específicos tales como áreas de trabajo informal, puntos de encuentro, etc. Este enfoque se ha convertido en el nuevo paradigma: colaboración y trabajo en equipo.

Pero el paradigma de la colaboración ya no permanece puertas adentro: algunos estudios revelan que las empresas -tanto las grandes como las PyME’s- están colaborando cada vez más a través de redes empresariales como una forma para llegar a nuevos mercados y para responder rápidamente a las cambiantes necesidades de los clientes.

Si en el outsourcing lo que se busca es un solo proveedor para externalizar algún insumo o servicio, a través de esta nueva modalidad llamada crowdsourcing, lo que se hace es plantear una necesidad a un gran grupo de personas que trabajan a título personal, a través de plataformas especializadas tales como Innocentive, Crowdspring, etc. De esta forma, empresas como Boeing, DuPont y Procter & Gamble, publican sus problemas científicos más espinosos para que cualquier usuario de la plataforma pueda proponer una solución. Las áreas en las que se registra este fenómeno no son sólo la investigación y el desarrollo; alcanza también a sectores tales como el marketing, las ventas, los recursos humanos, el diseño, etc.

La colaboración es hoy, decididamente, la clave para la transformación de la empresa. No basta con estar conectada únicamente, sino que debe ser capaz de crear el entorno de colaboración adecuado como para construir y gestionar todo tipo de conocimiento que aporte valor. Sólo así podrá asegurar la sostenibilidad de sus ventajas competitivas y sobrevivir en la nueva economía global.

Fuente: Víctor Feingold. Editorial del número 52 de la revista Facility Magazine.

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