lunes, 18 de julio de 2011

Un hombre tras una barricada


El 19 de Julio de 1936, Mariano Vitini, junto a otros dos guardias de asalto, apunta su fusil, apoyado sobre los cuerpos de dos caballos muertos, contra las tropas rebeldes que se acababan de sublevar contra el Gobierno de la República apenas unas horas antes. Estaba en la intersección de las calles Diputación y Roger de Llúria, en el centro de Barcelona. Agustí Centelles, fotógrafo considerado como el Robert Capa español, tomó la instantánea que daría la vuelta al mundo y que convertiría al miliciano en un icono de la Guerra Civil Española.

La famosa fotografía, que se publicó en periódicos y revistas de todo el mundo, entre ellas en la portada de Newsweek, es una recreación de una refriega que momentos antes de la instantánea se había producido entre los guardias de asalto y los insurgentes y que Centelles les pidió que reprodujeran. La foto original incluía otro personaje más, un hombre vestido de traje que empuñaba una pistola y que Centelles decidió no incluir en el encuadre definitivo por considerar que quitaba dramatismo a la imagen.


Mariano Vitini, un asturiano que tras la guerra se ganó la vida en una factoría de herramientas industriales, siempre supo de la existencia de la foto, pero no fue hasta 1978, cinco años antes de morir, cuando la pudo ver en un libro publicado por la Generalitat. Vitini no solía hablar demasiado de la guerra civil española, ni tampoco de la posguerra que se cobró la vida de dos de sus hermanos, Luis y José, dos activistas fusilados en 1944 y 1945, en el Camp de la Bota (Barcelona) y Vallecas (Madrid), respectivamente, por sus acciones contra la dictadura de Franco.

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