De Pepsi a Apple (4/12)
A Sculley se le ofrecía la oportunidad de encabezar una empresa joven en una industria nueva, de participar en la cosas que más le entusiasmaban: crear pequeños equipos de trabajo y manejar proyectos de futuro. Con todo esto disfrutaba más que con lo que había estado realizando durante los últimos años. Sin embargo, él era el máximo candidato para sustituir a Kendall en su puesto, y de esta forma, ser el máximo mandatario de Pepsi. Era una decisión difícil.
Por aquel entonces, Markkula había hecho una nueva oferta formal, bastante aceptable, que le podía hacer las cosas más fáciles en su reunión con Kendall. Las consideraciones positivas pesaban muchísimo más que las negativas, pero sabía que si no triunfaba, ninguna otra compañía se interesaría por él.
Aunque no había tomado todavía una decisión, sentía la obligación de comunicarle la oferta a Kendall. Primero se lo comentó a su mentor, Chuck Mangold, y a otros amigos, los cuales pensaban que no era una buena idea dejar Pepsi. Sculley concertó una reunión en la casa de Kendall. Después de hablar de diferentes temas, le comenzó a explicar que una empresa le había hecho una oferta, pero que todavía no había dicho que sí. Kendall se quedó desconcertado, perplejo y muy desilusionado, pero respetó la decisión de su amigo, diciéndole que se asegurara de que le iban a pagar mucho dinero.
Ahora, lo único que faltaba para marcharse a Apple era que Lezzy se sintiera feliz en el nuevo hogar. La casa que les ofrecieron le gustó mucho a Lezzy y ésta no puso ningún impedimento. Sculley llamó a Jobs y a Markkula para dar la noticia de su marcha a Apple y fue a despedirse de Kendall y de Pearson. Kendall le deseó toda la suerte del mundo, pero Pearson se mostró muy frío con él y ni siquiera le estrechó la mano. Sculley se marchaba a Apple junto a su secretaria de toda la vida, Nanette.
Fuente: "De Pepsi a Apple", John Sculley.
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